miércoles, 21 de marzo de 2018

La Pantera Rosa: Una inquietante visita nocturna



Si usted al igual que yo, mi estimado lector, ha desarrollado cierta percepción (basándonos en cierta caricatura que hacía referencia a la frase "ver más allá de lo evidente"), difícilmente podrá negar que este rosado gatito tiene algo "inquietante". 


Y es que tras un breve paseo por las oscuras aguas de la red, lugar donde muchas veces se reúnen los más variopintos inventos conspirativos del mundo, me he topado para mi sorpresa, con un resumen no menor de males y pesares adjudicados al rosáceo felino. 

Desde referencias satanistas, hasta las más complejas conspiraciones de control mental de la CIA. Sin ser aval de lo anterior, fácilmente la caricatura creada por Friz Freleng, tiene una simbología de psicodelia que difícilmente podría explicar con palabras.

Debo ser claro; no voy a profundizar en datos técnicos sobre esta caricatura, ni sus adaptaciones cinematograficas, protagonizadas por el espía britanico Peter Sellers, ni su escabrosa música a cargo de Henry Mancini.

A NIGHT AT THE PINK

Cuando era niño, nuestros derechos televisivos usualmente no excedían 9 de la noche. Quizás por alguna excepción puntual, como navidad, semana santa o año nuevo, uno podía acceder al privilegio de ver alguna de las censuradas películas del horario nocturno nacional como la gran cosa, pero la generalidad dictaba que no.

Después del noticiario, a dormir.

Era 1986. En aquel año, yo vivía aún con mi madre en la casa de mis abuelos. Una noche de aquellas noches en la que tuve que irme a dormir temprano, me ocurrió un extraño suceso que hasta hoy no podría explicar.

En algún momento de la noche, inquieto y ansioso, aún con los ojos cerrados, pude percibir la sensación de que alguien “había encendido una luz”. De pronto, y con absoluta sorpresa, fui testigo de cómo el leve resplandor que percibía a través de los parpados, se teñía de color rosado. Abrí los ojos asustado, mientras desde uno de los rincones de mi pieza un destello iba creciendo, y desde el fondo de él, caminaba hacia mi ¡La mismísima Pantera Rosa!

Grité, cerré los ojos, llego mi madre y la visión se interrumpió.

Creo que nunca voy a olvidar ese suceso, y aunque trate de racionalizarlo, se me hace imposible. ¿Una alucinación quizás? 

¿Les conté que tenía un amigo que lo atacaba Peter Pan?
¡Hasta una proxima historia!

Pd: Hasta hoy, algunas veces me visita la famosa pantera.






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