El Espacio. Abismo infinito que gravita en las eternas tinieblas del vacío congelado; guarida de pesadillas y enigmas. Templo de Dioses innombrables que dormitan en las fronteras eternas del caos, donde pende la insignificante existencia del hombre.

Teniendo como único propósito esclavizar y atormentar a la humanidad hasta el fin de los tiempos, los dioses imaginarios se las ingeniaron para permanecer vigentes no solo influenciando la literatura fantástica de principios de siglo, sino que también, el cine y la música de las décadas futuras.
Un claro ejemplo de lo anterior, es el cuento de Lovecraft El color que cayó del
cielo, donde se nos relata con escabroso detalle, los extraños acontecimientos
ocurridos en una pequeña localidad en las afueras de Arkham, azotada por la
caída de un meteorito.
Espantosas mutaciones de animales, cambios de color en el follaje del bosque, hasta la fulminante locura de sus habitantes; la vagabunda piedra del abismo, oculta en su interior una macabra presencia que desafía los límites de la imaginación y la cordura.
Espantosas mutaciones de animales, cambios de color en el follaje del bosque, hasta la fulminante locura de sus habitantes; la vagabunda piedra del abismo, oculta en su interior una macabra presencia que desafía los límites de la imaginación y la cordura.
Décadas más tarde, Jack Finney, relataría en su
novela Los Usurpadores de cuerpos, como un tranquilo pueblo de los Estados
Unidos, es invadido por unas extrañas semillas espaciales que poseen la capacidad
de replicar a los humanos (eliminándolos en el proceso) generando seres carentes de sentimientos e incapaces de reproducirse. Su único fin, acabar con
todos los recursos terrestres para luego continuar con su invasión del
universo. Debo agregar que esta novela, ha sido adaptada en innumerables ocasiones al cine, siendo la versión de 1978, una de las más estremecedoras y que hasta el día de hoy me provoca algún escalofrío fugitivo.
Aniquilación: El Abismo vomita una nueva pesadilla
Aniquilación: El Abismo vomita una nueva pesadilla

Dirigida por Alex Garland, quien anteriormente había
escrito la frenética 28 días después
y dirigido la inquietante Ex Machina,
indaga en los elementos más importantes de la novela original de Jeff
VanderMeer (Que es una trilogía), para contarnos a modo de flashbacks, la historia de la profesora de biología Lena, quien
se adentra al interior de la misteriosa Zona
x, un lugar indeterminado que ha sido asolado por un extraño fenómeno de
origen extraterrestre, luego de que su marido volviera de una misión realizada
en el lugar.

Lena tendrá que compartir su travesía con otras 4 mujeres, cuyas vidas están marcadas por la tragedia. Descubrirá con horror, al igual que sus compañeras de viaje, que la Zona X esconde un secreto perturbador que va mucho más allá de la imaginación.

Lena tendrá que compartir su travesía con otras 4 mujeres, cuyas vidas están marcadas por la tragedia. Descubrirá con horror, al igual que sus compañeras de viaje, que la Zona X esconde un secreto perturbador que va mucho más allá de la imaginación.
Sin revelar mayores pistas sobre el argumento de la película, debo decir que me ha parecido un interesante planteamiento, y aunque en algunos casos, fuerza exageradamente algunas situaciones, es importante rescatar el mensaje principal de la cinta: El espacio sigue invocando los miedos más profundos de la psique humana y uno de ellos es sin duda la perdida de nuestra humanidad.
Una invasión que violenta nuestra existencia desde la intimidad celular y que revela que no somos más que una ínfima pieza que levita en la bóveda oscura del cosmos.
Al parecer, el abismo sigue susurrando historias sobre nosotros, para engullirnos en cualquier momento.
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