Día viernes.

En este caótico escenario televisivo, era costumbre toparse con una gran factoría de cintas de ciencia ficción barata (o clase B), que tras un breve reposo en la oferta local de videoclubes, eran transmitidas por televisión abierta en horario estelar o en alguna programación de trasnoche para la delicia de quienes hidalgamente, soportábamos llegar hasta medianoche para disfrutar de alguna de estas rarezas.
Una de esas estrafalarias películas que aparecieron de manera fugaz en la televisión y que hasta hoy considero una delicatessen es Dead Heat (o Resurrección, título con el que fue estrenada en pantalla abierta). La cinta podría perfectamente ser un clásico del género fantástico, pero lamentablemente, fue traicionada por su propia ambición de jugar en exceso con la comedia, restándole seriedad a los elementos interesantes de su historia. Quizás es esta una de las razones por las que la cinta cayó en el olvido con tanta rapidez.

El resto de la cinta se resume en tiroteos eternos, animales resucitados en un restaurante chino, el legendario Vincent Price, una escena bastante perturbadora que incluye a la heroína de la cinta, zombies por doquier y un desenlace que nada debe envidiar a las mejores películas de clase B.

Creo que de alguna manera, nunca olvidaré esta oportunidad de poder descubrir el cine clase B, y su unica capacidad de entregar argumentos que han fundado los cimientos para todo lo que vendría una década después, de la mano de los manoseados efectos digitales y una absoluta falta de creación por parte de la Industria Cinematográfica.
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