miércoles, 13 de mayo de 2015

La noche del Cometa



Desastrosas imágenes que se quedaron en la retina para siempre.


86 años. Esa es la edad que tendré cuando el Cometa Halley, se digne nuevamente a pasar a una distancia prudente del planeta tierra (espero).  Eso es decir en 2061. ¿Qué habrá ocurrido en la tierra, hasta ese entonces? ¿Existirá aún este blog? ¿Existirá usted mi estimado lector?

Condorito también se colgo del Halley
Recuerdo con algo de inquietud, los meses previos a la aparición del particular viajero espacial -descubierto por don Edmund Halley en 1705- Fue sin duda, caldo de cultivo para todo un movimiento apocalíptico-mediático de impensadas consecuencias. El fin del mundo estaba a la vuelta de la esquina, y no en el año 2000 como habían presagiado las antiguas culturas y los estudios científicos de punta. 1986 sería sin duda el último año de la humanidad en el sistema solar. El cometa Halley, acabaría con el último vestigio de nuestra civilización si piedad alguna.

Fue precisamente que el año 1985, luego del terremoto del 3 de marzo, que comenzaron a suscitarse las más impensadas predicciones relacionadas al cometa, ya que sus influencias se estaba haciendo  sentir con muchísima más fuerza que antes. Y en realidad, no era para menos. Durante ese año se dieron cita muchísimas catástrofes naturales, que hacían pensar seriamente en la influencia del astro en la galaxia, y eso que, todavía ni siquiera se acercaba un poquito a la tierra.

Estudios de la nasa afirmaban solemnemente que existía una alta probabilidad de que el cometa viajero, pudiera impactar de lleno en la tierra, acabando con todos al momento – en el mejor de los casos-  o simplemente rozando levemente la atmósfera, contaminado para siempre nuestro preciado planeta azul, causando la muerte por envenenamiento del aire y los océanos. Una agonía lenta y terrible, sumidos en la oscuridad absoluta. 

Si a lo anterior, le sumamos una serie de documentales y programas televisivos de diversa factura, que disfrutaban del morbo colectivo, añadiendo aún más especulación a la aparición del cometa, se volvía sumamente complejo el poder distinguir la realidad de la fantasía. 
Profecías de Nostradamus, y de la virgen de Fátima e incluso, los mayas (si, efectivamente se hablaba de los mayas en aquellos lejanos años 80), se daban cita en aquel festín mediático que bombardeaba tenazmente todos los medios de comunicación. Como si el fin del mundo fuera un acontecimiento más cercano a un certamen de belleza, que a la gravedad que significaba el posible exterminio de todo lo conocido.

La noche del Cometa
Y como hasta el fin del mundo, puede resultar un suculento negocio, Hollywood aprovechó de lanzar varias películas en donde el Sr. Halley, era protagonista. Una de ellas era “La Noche del Cometa” dirigida por Thom Eberhardt (1984), en donde precisamente la visita del cometa nos convertía a todos en zombis come humanos (entre otros diferentes tipos de monstruos), en una cinta que hoy en día se encuentra muy alejada de la cordura, pero que en aquellos años me provocaba pavor. Pavor de pensar en una probabilidad como esa. 
Otra joyita de aquellos tiempos era la perturbadora “Life Force”,dirigida por Tobe Hooper (1985), que contaba la historia de un grupo de atrevidos astronautas, que visitaban la cola del cometa Halley, encontrándose con una raza de milenarios vampiros que invadían la tierra con la finalidad de exterminar la vida. Si bien era una película mucho más elaborada que “La Noche del Cometa”, sin duda era a la vez extremadamente horripilante pensar en aquella fantástica posibilidad de que aquel desconocido astro, encerrara en sí mismo, secretos que la humanidad sería incapaz de controlar.

Life Force, dirigida por Tobe Hooper
Y de apocalipsis en apocalipsis, llego 1986, y del cometa, no vi ninguna señal en los cielos. Incluso recuerdo que hubo alguna noche en que me quede en vela, a pesar de los retos de mi madre, esperando contemplar en los cielos a aquel visitante que probablemente habían visto mis abuelos cuando niños. Sin embargo, debo destacar que desde aquella época en que hice consciencia de este tipo de fenómenos, los fines de mundo no se han detenido, y cada vez han resultado más elaborados en cuanto a su origen y su manera de influenciar a las generaciones. Hoy me atrevo a decir que la gente no se ve afectada por un posible termino de mundo, del origen que sea. Todo esto ha resultado algo asi como un cuento de “Pedrito y el Lobo” colectivo. Tal vez sea que requerimos cada cierto tiempo, tener un aviso cósmico que nos haga tener la inteligencia para poder aprovechar el tiempo que tenemos de vida en algo útil.

¿Alcanzaré a ver nuevamente al sr. Halley?

Hasta pronto.

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