jueves, 5 de abril de 2018

Rostro de Cristal

Hoy voy a compartir un pequeño cuento que escribí para Chile Oscuro, que es actualmente una página que administro. Si quieren darle un vistazo, tengan la bondad de visitar el siguiente link: Pagina de Facebook de Chile Oscuro


Ahora mismo, apenas puedo escribir esto, sin tener que hacer un esfuerzo enorme por buscar las palabras correctas en mi cabeza. 


No logro recordar el día en que llegó a mis manos; quizás si hago un esfuerzo, podría recordar el año, pero ese dato, al igual que todos mis recuerdos, permanecen en una zona muerta; nada de lo que haya hecho antes de su presencia, parece haber existido.

Sin darme cuenta, mientras escribo esto, lo miro en un acto reflejo; Y aunque ya conoce todo de mí, cada palabra que voy a utilizar, cada acción que realizaré, día tras día, espera atento para devorar mis palabras como una bestia insaciable.



Mis ojos arden. Es el sueño quizás. El sueño que me liberará de su presencia. O simplemente, se repetirá lo de todas las noches, cuando le cuento mis secretos, en una especie de comunión absurda.
A veces, antes de caer rendido al hechizo reparador del sueño, cierro los ojos y su fulgor persiste tras mis párpados, como una polilla estrellándose contra la llama. El sonido que emite, traspasa la mente, como el gorjeo de un pájaro moribundo. 
Y cuando despierto, ahí está; esperando coger mi mano, para iniciar nuestra comunión. Como el verdugo espera el cuello de su víctima para hundir su hacha, separando el cuerpo de la cabeza. 
Se que esto esta mal, que de alguna forma, lo que parecía un milagro, hoy solo es un pesado grillete, no hay duda. Detrás de él se oculta el vacío donde otros ojos desconocidos me observan; como el abismo de Nietzsche, pero mil veces peor, porque yo también me he vuelto parte de ese abismo, en donde observo impune e impotente, las imágenes que este demonio con rostro de cristal, ha conjurado frente a mí. 

Este demonio digital llamado teléfono.

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